El pasado 20 de febrero del 2021 estrené mi primer documental, y estoy bien contento.
Si quieres verlo ya, pícale aquí abajo.
En ningún lugar cabe todo lo que quise haber dicho sobre este trabajo. No me alcanzaron los 45 minutos y me quedé con muchas ganas de seguir hablando y de platicar sobre cosas que estuve sintiendo durante estos tres años, cosas que descubrí y otras que he ido aprendiendo.
Subestimé muchísimo lo complicado, tardado y minucioso que es crear un documental de principio a fin y mucho más si se empieza a filmar sin armar un plan antes.
Luché constantemente contra mi creencia limitante más fuerte; el síndrome del impostor, ya que una constante en mi vida es que siento que no merezco el éxito y por ende me la vivo chiquiteando mi trabajo, inconscientemente.
En fin, me da MUCHA alegría haberlo terminado. Significó mucho, primero que nada, que decenas de extraños y conocidos confiaran en mí, a ciegas, y que apoyaran una simple idea. Ese tipo de apoyo es difícil de encontrar y me siento sumamente afortunado de haberlo tenido.
Y en segunda, significó mucho poderlo completar y finiquitar. Al volver de ese mes de viaje y filmación tuve que confrontarme con los videos que había grabado después de ese terrible accidente y trabajar psicológicamente con el hecho de que pude haber muerto.
Después de eso, naturalmente llegaron otros proyectos, otros trabajos, y los tomé sin pensarlo dos veces, diciéndome a mí mismo que seguiría editando el documental al mismo tiempo. Así fui prolongándolo mes con mes; pasó a segundo plano, y luego a tercero.
Pero bueno, así fue y así es la cosa. Hoy te lo presumo con dicha y con mucha emoción.
Ojalá disfrutes y te den ganas de visitar al Estado Grande. Con eso me basta.
Saludos muy grandes desde mi oficina llena de cables, cámaras, drones, y luces, en un barco pirata.
Fon, El Ignorante.