Mi cámara análoga. Bueno, no es mía, pero así se siente.
Hace medio año, mi tío Nac me prestó un juguete que tenía medio abandonado en su casa: una cámara análoga Nikon N2000, la cual lanzó al mercado en 1985. Esto quiere decir que ha estado en esta tierra 7 años más que yo. Wow. Me la dio con un rollo adentro y varios lentes, de los cuales solo uso uno para no complicarme la vida.
Muy emocionado, compré un par de rollos –uno a color y otro en blanco y negro– y me puse a tomar fotos jurando que me iban a salir puras obras de arte. Aquí mis primeros intentos.
Pura mierda, más bien. (Perdón, mamá.)
Pero bueno, no dejé que esto me desanimara y averigüé un poco más de las cosas técnicas como el ISO de la película (que es fijo en vez de cambiable como en la digital) y demás. Volví a intentar un día que estaba desempleado y sin muchos planes. Le hablé a mi prima cool Inés y nos fuimos a la Colonia San Rafael a hangear. Salieron estas otras.
Mejor, ¿no?
Otro día fui al desfile del Día de Muertos en Reforma. Traía un rollo en blanco y negro y como había mucho sol salieron padres.
Seguí leyendo a Eric Kim (en serio échale un ojo) y educándome un poco más. Practiqué otro día que fui una caminata por el Nevado con mi ya conocido man-crush Álvaro, su gran novia Mar y María. Todo pintaba un poco mejor. Mínimo ya no me salían borrosas.
Con el tiempo fui mejorando y cada vez salían mejores fotos, como fue el caso de Mil Islas, Puerto Escondido y Vallarta. La cosa es que esta cámara me ha forzado a ser mejor fotógrafo teniendo equipo limitado. Aquí algunas ventajas:
- Con cada rollo tengo 36 intentos solamente y estoy consciente de eso todo el tiempo.
- No tiene zoom entonces estoy obligado a acercarme más, y dicen que eso es mejor.
- Pienso mucho más en el encuadre.
- Pienso mucho más si tal escena vale la pena o no.
- No estoy checando la pantalla después de tomar cada foto porque no tiene pantalla. Me preocupo por vivir el momento.
- No veo mis fotos de inmediato. Se vuelven más padres si pasan varios días o hasta semanas y por fin las veo.
- Casi siempre invierto mis fotos en seres queridos y en experiencias personales.
- No me obsesiono con cosas como modelos nuevos, lentes, tripiés, flashes, más cámaras, más megapixeles, y cosas que en realidad NO necesito para tomar fotos.
- La obvia: se ve muy padre. Casi como si cada foto estuviera viva o tuviera alma. No sé, es raro.
Claro que tiene muchas desventajas como el precio y el tiempo que toma el proceso de revelado, al igual que no poder ver tu foto de inmediato y demás. Es una friega, sí, pero he decidido mejor enfocarme en las cosas positivas y hasta ahorita estoy feliz. Te recomendaría que te animaras a usar una sin pensarlo dos veces. (Lee hasta el final porque puse mucha info útil)
Fuera de todo lo que ya escribí, el hecho de que hoy en día, más de 30 años después de su creación, que ese aparato siga funcionando perfectamente me encanta.
Para cerrar este post te voy a enseñar mis más súper favoritas consentidas. Estoy por decir algo muy cursi pero muy cierto:
Todas y cada una de estas siguientes fotos me regresan a ese momento, me hacen sentir algo intensamente y me recuerdan el increíble poder que tiene una sola fotografía. Algunas hasta me han hecho llorar, no joke.
(Este artículo está listo desde hace un rato. Me he estado esperando para revelar más rollos y poder poner más fotos que me gusten, pero nunca terminaría, porque no planeo parar, entonces podrá ser esta la parte #1 de muchas por venir.)
Extra. Si quieres empezar con foto análoga, esto es para ti. Si no tienes ganas, deja de leer porque esto te va a aburrir rotundamente:
JP Ayala me propuso que contara un poco más del proceso, de dónde compro rollos, dónde revelo, etc. y aquí va esa info:
Te advierto que es un proceso lento y hay que ser paciente, pero que vale mucho la pena. Normalmente los pasos son estos:
- Conseguir una cámara análoga: No hay necesidad de comprar una, un tío/primo/abuelo/conocido seguramente tiene una abandonada por ahí.
- Educarse: No es necesario pero a mí me ayudó mucho ver algún tutorial en YouTube y también bajé el manual del modelo que me prestaron. Intenta esta página a ver si encuentras el que buscas.
- Comprar rollos: Yo los consigo en Donceles #62, Local 2, con Víctor Luzan. Me queda lejos entonces cuando voy compro muchos. Me vende 2 rollos por $90 pesos, o sea 45 pesos cada rollo. AGUAS que siempre te tratan de ver la cara por esa calle. Prueba preguntando precios en varios locales cada vez. Si sube el dólar, suben los rollos.
- ¿Qué rollo comprar? Aquí se pone buena la cosa. Los rollos ya tienen el ISO “impregnado” en la película, entonces los venden con ISO 100, 200, 400, 800, etc. Cuando pones un rollo nuevo en tu cámara, tienes que ‘decirle’ qué ISO metiste para que ella calcule la luz que necesitas dejar entrar y que tus fotos estén bien expuestas. Mi favorito, después de muchos intentos es el ISO 400 a color. Tiene un grano increíble y el mood me encanta, no sé bien por qué. No necesitas taaaanta luz como con un 100, por ejemplo, pero sacrificas tantito la nitidez. No me preguntes por qué pero el blanco y negro es más caro normalmente.
- Tomar las fotos: El mejor paso de todos. Pocos sentimientos como este. No le hagas caso a ninguna de las “reglas” que vas a ver por ahí. Tú tómale foto a lo que se te antoje.
- Mandar revelar: Siempre he revelado en Foto Regis, en la Roma. Se tardan dos horas en revelar mis negativos de 3 rollos y además me digitalizan todo a un USB por $183 pesos. Una ganga. En otro lugares como el LMI te cobran casi lo mismo solo por el revelado de UN rollo sin digitalización y es una tontería pagar 3 veces más.
- Esperar: Mientras esperas puedes ver estas 10 TED Talks en Storytelling y Filmmaking o ver plataformas de fotografía como Burn Magazine, Magnum Photos o iN PUBLIC, que son de las que más me gustan.
- Ver las fotos: Este paso le compite al 4. Hay algo en ver fotos que tomaste hace varios días o semanas. Está lleno de nostalgia y de recuerdos de algo que seguramente fue padre y por eso decidiste ponerle atención y, más aún, tomarle una foto para quedarte con ese momento. En este último paso te das cuenta que tanto esfuerzo valió la pena y lo volverías hacer una y otra vez.
Creo que eso resume lo que quería contarte. No puedo explicarte lo padre que ha sido la experiencia de tomar fotos desde que me prestaron esta cámara. Anímate y luego cuéntame cómo te fue. Ya sabes dónde encontrarme si necesitas alguna otra cosa.
Te mando un abrazote,
Fon ?.
P.S. Si eres mi tío: A ti, Nac, te doy las gracias. Gracias por introducirme a este mundo y por dejarme usar la cámara que en algún momento te acompañó por tantas cosas y tantos momentos. Prometo darle el uso que merece.