Esta carta dispersa se la escribí al primo de una amiga* y a la mitad me di cuenta que nos aplica muchas personas y que sería bueno compartirla por acá. Dice así:

 

“Estimado hombre detrás de tu pantalla,

Te escribe Fon; un hombre blanco, privilegiado, heterosexual, con educación, oportunidades, familia que lo quiere y amigos que lo aprecian. No me conoces pero no importa porque yo no soy lo importante aquí como tal, ni tú. Somos tú y yo con la mujer. Y antes de que cierres este artículo porque sé que estas harto de ver stories en Instagram de mujeres “armándola de pedo por 3 días”, te pido cinco minutos de tu tiempo, por tu prima, si puedes.

Quiero empezar con este dato:

En México, cada 18 segundos violan a una mujer y diariamente asesinan a 9. 

Eso significa que en lo que leías hasta acá, dos mujeres ya fueron violadas y en algún momento del día mueran nueve (si es que no han muerto ya).

No sé si sabías esto, pero hace unos días, CUATRO policías hombres violaron a una niña de 17 años en su patrulla.

Hoy, esos policías siguen trabajando como si nada hubiera pasado.

Obvio no es el primer caso así y sé que tú lo sabes. (Por más desconectados que podamos estar, sabemos que México es un país sumamente machista y violento). Por todo esto y por miles de razones más, habemos gente muy enojada, desesperada y dolida, en especial el sexo femenino.

También sé que puede ser difícil empatizar con noticias que parecen ser lejanas y ajenas a nosotros. Pero te quiero decir que son más cercanas de lo que creemos porque más de la mitad de las mujeres en este país se han sentido agredidas, violentadas, acosadas, en peligro y con miedo gracias a un(os) hombre(s). Me consta que muchas de ese porcentaje son personas cercanas a ti. Te invito a que les preguntes y lo averigües por ti mismo si a mí no me crees.

Tú y yo hemos cometido el enorme error de pensar que no somos parte de esta violencia, pero somos el problema, el responsable y el causante. Sí, puede que no hayamos físicamente violado a una mujer en nuestras vidas, pero estoy seguro de que hemos sido parte de otro tipo de violencia, ya sea compartiendo fotos/videos/cómics de mujeres desnudas y/o no diciendo algo cuando vemos que esto pasa, haciendo chistes, hablando encima de una mujer, gritando algún “piropo” en la calle, etc. Puedes ver una pequeña lista aquí.

Ahora, antes de seguir: esto parece un ataque personal hacia ti y para nada lo es. Solo sentí un deber de compartirte cosas que probablemente no habías considerado antes (como yo en su momento), con la esperanza de llegarle un poco a tu cerebro y tu corazón. Nos toca, como hombres, educarnos, y yo hubiera agradecido que alguien me mandara esto antes de causar daño sin quererlo.

La verdad que esta carta es tan para ti como para cualquier hombre que conozcas. Mándaselas a todos.

Hace varios meses, hice unas preguntas como estas en mis redes sociales y junté la respuestas de más de 100 mujeres, conocidas y desconocidas:

¿Qué podemos hacer nosotros los hombres para ser sus aliados? ¿Cómo ayudamos nosotros?

Esto contestaron.

Aquí va un preview, pero hay muchas páginas, respuestas, mensajes más largos:

Me confirmaron que somos culpables y que esto existe por personas como tú y yo. Si tu caso es extra-ordinario y en verdad crees ser un hombre que no tiene nada que ver con la violencia de género que hay en este mundo, no vas a dudar en ver las respuestas completas.

A mí me ayudaron a entender mejor la situación y la realidad de gente que me rodea, me importa y quiero. Me dejó pensando algo muy fuerte y es que por más que me duela, me entristezca y me haga sentir impotente, NUNCA en mi vida voy a saber lo que se siente recibir tratos como los que las mujeres reciben todos los días de sus vidas, algunas mucho peores que otras, pero todas violentadas. Y lo peor es que yo no hice absolutamente nada para tener ese privilegio, simplemente nací. Y lo más duro es que sí he hecho, a lo largo de mi vida, cosas para alimentar este sistema opresor que ahora trato de erradicar modificando mi manera de actuar/hablar/ser.

Si te molesta que se quejen un minuto, una hora, un día o tres días, siento que justo hombres como tú (y yo) necesitan apoyarlas dos minutos, dos horas, dos días y seis días, ser aliado y no parar.

Te firmo que ninguna de las mujeres que postea cosas en redes sociales, que participa en marchas, que saca el tema en la comida familiar… ninguna quiere estarlo haciendo. Te apuesto con certeza que todas ellas tienen ambiciones y cosas que quieren hacer con su tiempo y su vida y lo último que quieren es dedicarle tiempo a protestar y menos a exigir seguridad y tranquilidad solo por su sexo. Estas son cosas que tú y yo nunca tendremos que pedir por el simple hecho de lo que nos tocó cuando nacimos.

Yo nunca he tenido miedo caminando por la calle, ¿tú sí?

 

Esta foto la tomé en Ciudad Juárez en una calle cualquiera.

¿Te has preguntado si algo haces tú como hombre que le molesta a las mujeres de tu vida? Y más importante, ¿le has preguntado a alguna si puedes ayudar en algo respecto al tema?

He aprendido en las últimas semanas que en momentos de opresión y violencia, tomar una posición de neutralidad es apoyar al opresor y al violento. Personalmente me niego a tomar esa postura y te invito con mucho cariño a hacerme segunda.

Por lo que veo, no solamente estás en una posición de neutralidad sino que también pides al sexo femenino que deje de “armarla de pedo”, de alzar la voz, de detener su derecho a defenderse y pedir seguridad (cosa que para ti y para mí es absurdo pedir porque, otra vez, nosotros la tenemos por ser hombres).

Tú y yo nunca sabremos lo que es tener menores sueldos sin razón alguna ni vivir con miedo constante, pero no por eso debemos suprimir ninguna causa que busca la paz y los derechos básicos de estar vivxs.

Callarlas es decirles que no es importante su seguridad y bienestar. Es negar su miedo, su sentir y su pesar. Les decimos que nada tendría por qué cambiar y de una u otra manera apoyamos que esas barbaridades les sigan sucediendo.

Si tanto te molesta que lleven tres días protestando, úneteles, sé parte de su lucha (que al final es nuestra lucha) y que nunca más se tengan que quejar por algo así. Ayúdalas a que esto pare y así nunca más tengas que ver esos stories. Eso estaría increíble.

 

Tenemos el deber de erradicar la violencia ya que existe por culpa nuestra. De hombres sería aceptarlo con humildad y actuar.

Sé que esto es algo muy raro de recibir pero no me hubiera tomado el tiempo si no creyera en el fondo de mi corazón que esto es verdaderamente fundamental.

Cualquier duda/queja/mentada de madre/pregunta y/o comentario que tengas, lo recibo con gusto.

 

Con cariño y con la mejor intención, de un humano a otro,

 

Fon.”

 

*Contexto veloz: una amiga cercana compartió posters e ilustraciones en su Instagram haciendo consciencia sobre la violencia de género reciente, pasada y actual, y un primo suyo le contestó que ya era suficiente, y que ya habían pasado 3 días de armarla de pedo. Yo, de metiche y de humano, escribí esto para él y para quien no esté consciente de la realidad actual en este tema y no esté sumando. Lo hice buscando paz y tranquilidad para todxs.